Información sobre psicología y psicoterapia

Un psicólogo es un profesional de la salud que estudia el comportamiento humano, y cada vez hay más áreas de especialización. Así como un arquitecto sabe de construcción y diseño de casas, o un ingeniero mecánico sabe de maquinaria, un psicólogo sabe de conducta o del comportamiento humano, de tal manera que puede ayudarnos de dos formas:

  1. Cuando tenemos algún problema emocional, de conducta o una patología como una depresión y deseamos tratarla para solucionarla. Por ejemplo, cuando tenemos problemas para controlar nuestro carácter y explotamos facílmente, afectando nuestras relaciones interpersonales. Cuando pasamos por un periodo de depresión y no le vemos sentido a la vida o incluso pensamos en la muerte.
  2. Cuando deseamos hacer cambios en nuestra conducta para mejorar, tener un crecimiento y desarrollo personal, por ejemplo un deportista de alto rendimiento que desea mejorar su capacidad para enfrentar el estrés que le causan las competencias, o los nervios que le generan los momentos críticos de su deporte, etc. Otro ejemplo puede ser un empresario que desea tener una conducta de liderazgo para poder dirigir adecuadamente su equipo de trabajo, tener un clima laboral agradable, saber comprometer a sus empleados con su empresa, etc.

En ambos casos acudir con un psicólogo puede ayudarnos a lograr nuestros objetivos o superar dichas dificultades.

Un psicólogo es un profesional de la salud que estudia el comportamiento humano, y cada vez hay más áreas de especialización. Así como un arquitecto sabe de construcción y diseño de casas, o un ingeniero mecánico sabe de maquinaria, un psicólogo sabe de conducta o del comportamiento humano, de tal manera que puede ayudarnos de dos formas:

  1. Cuando tenemos algún problema emocional, de conducta o una patología como una depresión y deseamos tratarla para solucionarla. Por ejemplo, cuando tenemos problemas para controlar nuestro carácter y explotamos facílmente, afectando nuestras relaciones interpersonales. Cuando pasamos por un periodo de depresión y no le vemos sentido a la vida o incluso pensamos en la muerte.
  2. Cuando deseamos hacer cambios en nuestra conducta para mejorar, tener un crecimiento y desarrollo personal, por ejemplo un deportista de alto rendimiento que desea mejorar su capacidad para enfrentar el estrés que le causan las competencias, o los nervios que le generan los momentos críticos de su deporte, etc. Otro ejemplo puede ser un empresario que desea tener una conducta de liderazgo para poder dirigir adecuadamente su equipo de trabajo, tener un clima laboral agradable, saber comprometer a sus empleados con su empresa, etc.

En ambos casos acudir con un psicólogo puede ayudarnos a lograr nuestros objetivos o superar dichas dificultades.

Por lo regular todos pasamos por momentos difíciles en nuestra vida debido a diferentes estresores psicosociales, como por ejemplo: de pequeños podemos pasar por situaciones como la separación de nuestros padres, que nos molesten socialmente en la escuela, etc., ya de mayores vivimos el fallecimiento de seres queridos, separaciones de pareja, problemas en el trabajo, etc. Dichas situaciones pueden ser desencadenantes de alteraciones emocionales, cognitivas (pensamientos) o conductuales, las cuales pueden considerarse “normales” si son pasajeras, momentáneas y sobre todo si no nos afectan en las diferentes áreas de nuestra vida, es decir, mientras podamos ser funcionales en el trabajo, escuela, familia, socialmente. Sin embargo, si dichas alteracones emocionales, cognitivas o conductuales duran demasiado tiempo como semanas o meses y además por su intensidad empiezan a afectar nuestra funcionalidad, dejando de trabajar, de socializar, de estudiar, etc., entonces ya no se consideran “normales” y se sugiere acudir con un psicólogo (de preferencia clínico) para que realice una valoración de nuestro estado de salud emocional y determine si realmente es necesaria una terapia psicológica.

Teóricamente deberían ser lo mismo, sin embargo en la realidad no es así. Un psicólogo es un profesional de la salud que tiene una formación académica formal, es decir, cuenta por lo menos con una licenciatura y comúnmente con estudios de posgrado, ya sea diplomado o maestría. Además, por lo regular tiene horas prácticas que le dan experiencia para tratar personas con diferentes patologías de la salud mental. En cambio, un psicoterapeuta es una persona que cuenta con algún curso de psicoterapia, ya sea formal o informal. Por ejemplo, en el mejor de los casos, un psicoterapeuta de formación gestalt (un tipo de psicoterapia), puede ser una persona que tenga estudios de contaduria, ingeniería, administración, etc., pero que por interés propio estudio una maestría en psicoterapia gestalt y posteriormente puso su consultorio anunciándose como psicoterapeuta. Dicha persona tendría el conocimiento para el manejo de emociones como ejercicios de respiración, expresión emocional, etc., pero no contaría con el conocimiento para hacer un diagnóstico, es decir, saber si la persona tiene un padecimiento como depresión, ansiedad, etc., y tampoco para dar un tratamiento. No obstante, no todos los psicoterapeutas tienen dichas características, otro ejemplo es el caso de personas que estudian tanatología (rama de la psicología que se enfoca a tratar pacientes terminales o sus familias). Existen varias instituciones de salud que ofrecen diplomados de tanatología que tienen una duración que va entre los 6 meses y un año, y no solicitan ningún requisito académico para tomarlo, de tal manera que pueden tener una profesión o no tenerla. Además algunos tienen horas prácticas y otros son totalmente teóricos. Al termino de su diplomado estas personas ofrecen sus servicios anunciándose como tanatólogos o psicoterapeutas pero realmente no tienen el conocimiento ni la experiencia suficiente para tratar ningún problema de salud, emocional o de conducta. En conclusión, algunos terapeutas (como en el primer ejemplo) pueden tratar a personas sanas que tienen problemas para manejar algunas emociones o problemas de su vida pero no estan capacitados para tratar problemas de salud mental.

A pesar de que ambos profesionistas pueden tratar patologías similares, la diferencia es muy grande. El psiquiatra tiene una formación académica de base que es la medicina y posteriormente estudia una especialidad en psiquiatría e incluso puede tener una subespecialidad como en paidopsiquiatría (psiquiatra especialista en niños). El psiquiatra se dedica a tratar patologías propias de la salud mental, que pueden ser desde una depresión hasta una esquizofrenia. El tipo de tratamientos que por lo regular proporcionará será de tipo farmacológico como antidepresivos, antipsicóticos, etc. Por su parte, el psicólogo tiene una formación universitaria también en el área de las ciencias de la salud pero no es médico, y su principal objetivo es el estudio de la conducta humana. Dentro de este ámbito puede especializarse en diferentes áreas como psicología de la salud, psicología clínica, psicología educativa, neuropsicología, psicología laboral, etc. De todas las áreas de especialización, la más cercana a la psiquiatría es la psicología clínica, la cual se enfoca en la salud mental, y abarca desde problemas de conducta en la infancia, depresión, ansiedad, etc. Los tratamientos que proporciona un psicólogo son mediante la psicoterapia. En la mayoría de los casos en donde se diagnostica alguna psicopatología (como depresión y ansiedad) se recomienda tener tanto el tratamiento psiquiátrico como el psicológico, ya que se complementan y de acuerdo a muchos estudios los resultados son más rápidos y mejores que tomarlos de manera independiente. 

De inicio existe una gran diferencia entre un psicólogo y una persona que realiza coaching. Un psicólogo es un profesional específicamente del área de la salud con una formación académica orientada al conocimiento de la conducta humana y la salud mental. Por otra parte, un coaching es una persona que puede tener cualquier profesión (como administrador, ingeniero, abogado, etc.) o incluso no tener ninguna licenciatura universitaria, pero que por interés propio estudio cursos de coaching, los cuales pueden tener una duración variable, desde certificaciones de un fin de semana hasta diplomados o maestrías en coaching. Entonces una terapia psicológica es un proceso de aprendizaje y acompañamiento basado en teorías, métodos o técnicas psicológicas de las cuales muchas de ellas tienen una validez científica y sirven para lograr el desarrollo o crecimiento personal, el cambio de una conducta problemática o el tratamiento de un diagnóstico clínico. Por el contrario una asesoria de coaching tiene como objetivo acompañar y guiar a las personas a que logren los objetivos que se proponen, ya sean laborales, económicos, personales, etc., y utilizan la motivación como uno de sus principales recursos para lograrlo. Por lo regular el coaching es muy popular en empresas y personas de negocios que tienen como principal objetivo el liderazgo y el logro de metas.   

La manera tradicional para buscar un psicólogo es preguntando con familiares o amistades si entre sus contactos conocen a algún psicólogo bueno y de confianza, entonces de buena fe recurriran al psicólogo que les recomienden. Otra forma más novedosa y ahora más común es buscando en internet algún psicólogo en su ciudad, entonces podrán encontrar datos de muchos psicólogos que ofrecen sus servicios profesionales. De cualquier manera en como se contacte al psicólogo es importante que se informe sobre la formación profesional (si es psicólogo, psicoterapeuta, psiquiatra, trabajador social, etc.), qué tipo de terapia practica (psicoanálisis, gestalt, humanista, cognitivo-conductual, etc.), qué tipo de pacientes atiende (niños, adolescentes, adultos, parejas, etc.),  en qué tipo de problemas o patologías se especializa o tiene mayor experiencia (depresión, ansiedad, TOC, trastornos alimentarios, etc.), y cuantos años de experiencia laboral tiene. Todos estos datos son importantes para estar seguro que se encuentra con el psicólogo adecuado, recuerde que no todos los psicólogos pueden ser buenos para todo, ni pueden tratar todo. Además, también es importante conocer el lugar donde tiene su consultorio y el monto de los honorarios. Por último, te sugerimos que cuando elijas un psicólogo verifiques su cédula profesional en la página de la Secretaria de Educación Pública.

Se han identificado cientos de tipos de psicoterapias que van desde los más alternativos como la terapia psicocorporal hasta los más científicos como la terapia cognitivo-conductual. De manera general brindaremos una reseña de para que son útiles los enfoques más comunes que podemos encontrar en el mercado:

  1. Las terapias humanistas tienden a tratar a personas que no tienen ninguna patología sino que desean mejorar aspectos de su conducta. Se basa en el autodesarrollo y el crecimiento personal mediante el propio esfuerzo consciente y responsable.
  2. Las terapias sistémicas tienden a ver al individuo como parte de un sistema interaccional más grande, como la familia, en donde la conducta de un miembro del grupo influye en todos los demás. Son útiles para personas que buscan terapias de pareja o familiares, y se aborda la relación entre los miembros del grupo y es necesario el compromiso de todos para lograr el objetivo deseado.
  3. Las terapias cognitivo-conductuales han demostrado tener la mayor eficacia y eficiencia para tratar problemas de conducta y padecimientos mentales como depresión, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos alimentarios, adicciones, etc., de tal manera que son las terapias de primera elecció cuando hay alguna patología diagnosticada.

Las terapias psicoanalíticas o con enfoque psicodinámico tienden a tratar a personas con y sin patologías. Dentro de sus características es la resolución de las problemáticas emocionales mediante la introspección en las experiencias pasadas y la comprensión de los procesos inconscientes. Suelen ser terapias de larga evolución y no se recomiendan en pacientes críticos.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) se basa en la idea de que los aprendizajes determinan gran parte de nuestra conducta, tanto saludable como no saludable. El propósito de la terapia consiste en reducir el malestar o cambiar la conducta no deseada mediante la modificación de los patrones de comportamiento o pensamiento del individuo, proporcionando experiencias de aprendizajes nuevos mas adaptativos. La TCC tiene los siguientes principios:

  • Esta centrada en problemas o patologías determinadas.
  • Enfatiza la colaboración y la participación activa entre el paciente y el psicólogo.
  • Es educativa, enseñando al paciente estrategias y técnicas para abordar sus emociones y conductas.
  • Tiende a ser estructurada y tener un límite de tiempo.
  • Ayuda a los pacientes a identificar y modificar los pensamientos y conductas disfuncionales.

La gran ventaja que tienen las terapias con enfoque cognitivo conductual es que todas sus teorías, intervenciones y técnicas que se utilizan han sido evaluadas científicamente, es decir, no solo están basadas en postulados teóricos sino que han sido sometidos a múltiples investigaciones clínicas que prueban su eficacia y eficiencia. Por lo cual, desde hace muchos años se encuentran aprovadas por las guías clínicas de las Instituciones Nacionales de Salud para tratar la mayoría de padecimientos mentales y emocionales. Actualmente las terapias cognitivo conductuales son el estandar de oro para tratar la mayoría de patologías mentales como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, etc.

El tiempo de una terapia psicológica dependerá de varios factores, entre ellos los más importantes son el tipo de problema o patología a tratar, el tipo de terapia psicológica y el grado de motivación por parte del paciente. Por lo regular los tratamientos psicológicos son cada vez más eficaces y en casos de depresión y ansiedad se tiende a plantear un número de entre 12 y 16 sesiones en promedio, con una regularidad de asistencia que va desde una vez por semana, al inicio, hasta una vez al mes al termino de la psicoterapia. Sin embargo, hay patologías como los trastornos de personalidad que se pueden llevar hasta un año.

Las consultas psicológicas suelen tener un costo que va entre los 400.00 y 800.00 pesos en ciudades de provincia, pero en la ciudad de México los costos suelen ser más altos. Por lo regular el precio varía en base a los años de estudio y experiencia con que cuente el psicólogo. En CECOCQ todos nuestros psicólogos cuentan con estudios de posgrado y varios años de experiencia pero hemos mantenido un precio de 600 pesos para que sea alcanzable a gran sector de la población. Sobre todo, somos conscientes que la asistencia a terapia puede ser semanal o quincenalmente por un tiempo aproximado de entre 4 a 6 meses. Sin embargo, siempre es importante hacer un balance entre el costo y el beneficio. Es decir, una persona con depresión o ansiedad suele disminuir sus horas laborales y productivas en base a la gravedad de sus síntomas, en casos graves la persona puede llegar a incapacitarse, entonces no solo tendrá un sufrimiento emocional sino también una afectación en sus recursos económicos. Si la terapia psicológica favorece a que la persona retome más pronto sus actividades laborales y productivas, entonces el dinero invertido en la terapia se verá compensado con los ingresos económicos resultantes de su mayor productividad.

Para que una psicoterapia sea efectiva es muy importante que tanto el psicólogo como el paciente se comprometan mutuamente. El psicólogo se compromete a tener el conocimiento técnico y brindar una atención profesional de respecto y empatía, mientras que a su vez, el paciente se compromete a realizar su esfuerzo por cumplir con el tratamiento y los ejercicios y tareas que se soliciten tanto dentro como fuera de la terapia. Si durante el proceso de terapia alguno de los dos no se siente a gusto con el otro, es muy importante tener la libertad de expresarlo y buscar una alternativa de solución (ya sea cambiar algo de la terapia o incluso cambiar de psicólogo) ya que el éxito de la terapia dependera del trabajo colaborativo y la buena relación entre ambos.

Información sobre salud mental

La depresión e el trastorno depresivo mayor (TDM), es una condición de salud mental caracterizada por una tristeza persistente, pérdida de interés o placer en actividades cotidianas, y una serie de síntomas emocionales y físicos que interfieren con la vida diaria. Estos síntomas incluyen: Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva. Fatiga o falta de energía. Dificultad para concentrarse o tomar decisiones. Cambios en el apetito o peso (aumento o pérdida). Alteraciones en el sueño (insomnio o hipersomnia). Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Para ser diagnosticado, los síntomas deben durar al menos dos semanas y causar un impacto significativo en la vida de la persona. La depresión no es una debilidad personal, es una enfermedad tratable con terapia psicológica, medicación o una combinación de ambos.
¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo al estrés o a situaciones percibidas como amenazantes. Todos experimentamos ansiedad en ciertos momentos, pero cuando esta sensación es persistente, intensa y afecta el bienestar diario, puede convertirse en un trastorno de ansiedad. Los síntomas más comunes en los trastornos de ansiedad son: - Preocupación excesiva - Inquietud o nerviosismo - Dificultad para concentrarse - Fatiga - Problemas para dormir - Tensión muscular o palpitaciones Los trastornos de ansiedad más comunes son: - trastorno de ansiedad generalizada - ⁠trastorno de pánico - ⁠fobias - ⁠ansiedad social Si la ansiedad interfiere con tu vida diaria, es importante buscar ayuda profesional.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es un trastorno neurobiológico, lo que hace referencia a que no es debido a una experiencia traumática o estresores psicosociales, sino que hay alteraciones cerebrales estructurales y funcionales. El TOC se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son imágenes, pensamientos, sensaciones o impulsos que tienen como características que son intrusivos, recurrentes y que generan malestar clínicamente significativo, además la persona que lo padece identifica que son producto de su mente. Las compulsiones son acciones que generalmente se presentan a manera de ritual y ocupan mucho tiempo, tienen el objetivo de disminuir el malestar que generan las obsesiones.
También conocidos como TCA, son trastornos mentales caracterizados por una conducta alterada en la ingesta de alimentos, así como la aparición de conductas orientadas a perder peso. Sus principales características: Extrema preocupación por la autoimagen y peso corporal. Comportamiento distorsionado en la ingesta de alimentos. Siendo las principales: Anorexia nerviosa (AN) Bulimia nerviosa (BN) Trastorno de la conducta alimentaria no especificado.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una condición de salud mental que puede desarrollarse después de experimentar o presenciar un evento traumático, como un accidente, abuso, violencia o un desastre natural. Las personas con TEPT pueden revivir el trauma a través de flashbacks, pesadillas o pensamientos intrusivos, y suelen evitar situaciones que les recuerden el evento. Los principales síntomas incluyen: Recuerdos intrusivos del evento (flashbacks o pesadillas). Evitación de lugares, personas o actividades que recuerden el trauma. Cambios en el estado de ánimo, como sentirse distante o desconectado de los demás. Reacciones exageradas, como sobresaltarse fácilmente o tener problemas para dormir. Estos síntomas deben durar al menos un mes y causar dificultades significativas en la vida diaria para que se diagnostique TEPT. El tratamiento puede incluir terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, y en algunos casos, medicación.
El trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es una condición neurodesarrollada que afecta la capacidad de una persona para prestar atención, controlar impulsos y regular el nivel de actividad. Se manifiesta en tres tipos: predominante inatento, predominante hiperactivo-impulsivo y combinado. Los síntomas comunes incluyen: Dificultad para concentrarse o mantener la atención en tareas. Desorganización o problemas para completar proyectos. Inquietud, agitación o dificultad para estar quieto. Impulsividad, como interrumpir a los demás o tomar decisiones sin pensar en las consecuencias. Olvidar detalles o perder objetos frecuentemente. Estos síntomas deben estar presentes desde la infancia, causar dificultades en la vida diaria y no explicarse mejor por otros trastornos. El tratamiento suele incluir terapia conductual, medicación o una combinación de ambas.
El trastorno de somatización, o trastorno de síntomas somáticos, se caracteriza por la presencia de síntomas físicos que no tienen una explicación médica clara y que causan malestar significativo o problemas en la vida diaria. Las personas con este trastorno experimentan síntomas como dolor, fatiga o molestias gastrointestinales, entre otros, pero no se encuentran causas físicas que los expliquen del todo. Los principales aspectos del trastorno incluyen: Preocupación excesiva por los síntomas físicos. Pensamientos, emociones y comportamientos desproporcionados relacionados con los síntomas. Frecuente búsqueda de atención médica, a pesar de no encontrar una causa clara para los síntomas. Para ser diagnosticado, estos síntomas deben estar presentes durante al menos seis meses. El tratamiento suele centrarse en la terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, para ayudar a manejar la preocupación y reducir el impacto de los síntomas.

Información sobre tratamientos en salud mental

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque de tratamiento psicológico basado en la idea de que nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados. Se enfoca en identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o distorsionados y modificar conductas no saludables para mejorar el bienestar emocional. Principales características de la TCC: Es una terapia estructurada y orientada a objetivos. Se centra en el presente, trabajando con los problemas actuales en lugar de explorar extensamente el pasado. Utiliza técnicas prácticas, como el registro de pensamientos, la reestructuración cognitiva y la exposición gradual a situaciones temidas. Suele ser a corto plazo, con una duración que varía entre unas pocas semanas a varios meses. La TCC es eficaz en el tratamiento de una amplia gama de trastornos, como la depresión, la ansiedad, el TDAH, el TEPT y los trastornos de somatización.
El tratamiento farmacológico psiquiátrico implica el uso de medicamentos para tratar trastornos mentales, ayudando a equilibrar los químicos del cerebro que afectan el estado de ánimo, la percepción y el comportamiento. Es una parte importante del tratamiento en condiciones como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el TDAH, entre otros. Características principales: Los medicamentos más comunes incluyen antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos, estabilizadores del estado de ánimo y estimulantes. El tratamiento es personalizado y supervisado por un psiquiatra, quien ajusta la dosis y tipo de medicamento según la respuesta del paciente. Puede ser utilizado junto con psicoterapia para maximizar los resultados. Los efectos secundarios varían según el tipo de medicación, y el seguimiento médico es esencial para monitorear su efectividad y tolerancia. El objetivo es mejorar la calidad de vida y el funcionamiento diario del paciente.
La rehabilitación neuropsicológica es un proceso terapéutico diseñado para ayudar a personas que han sufrido daño cerebral o alteraciones en el funcionamiento cognitivo debido a lesiones, enfermedades neurológicas o trastornos del desarrollo. Su objetivo es mejorar las funciones cognitivas afectadas, como la memoria, la atención, el lenguaje y la planificación, y ayudar al paciente a recuperar la independencia en su vida diaria. Principales aspectos: Se enfoca en la restauración de habilidades cognitivas o en el desarrollo de estrategias compensatorias. Utiliza ejercicios y técnicas personalizadas para cada paciente, adaptadas a las áreas específicas afectadas. Suele incluir la participación de un equipo multidisciplinario, como neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas. Es fundamental en la recuperación de personas con daño cerebral traumático, accidentes cerebrovasculares, demencias o trastornos neurodegenerativos.

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